En un diálogo entre Alejandro Fantino y el filósofo mediático Darío Sztajnszrajber, el periodista se corrió del día a día y se animó a reflexionar sobre los grandes temas de la vida.
«En la tele, que es donde yo me manejo, triunfa el que me explique una idea en dos minutos. Estoy a favor de la divulgación y odio a aquellos que nos esconden conocimiento», comenzó Fantino a explicar su mirada sobre la filosofía. Distanciándose de aquellos que guardan sus saberes para la academia. Al indagar sobre los orígenes de la divulgación, se preguntó: «¿Sócrates se hubiera sentado en un ‘mano a mano’ conmigo?».
Conversando con el filósofo también se preguntó: «Si estás enseñando Aristóteles, y estás midiendo 4,8 de rating, y de repente empezás a hablar de Nietzsche y dispara a 6,3. ¿Te quedás ahí con Nietzsche porque garpa o volvés a Aristóteles?». Sztajnszrajber le contestó que si el objetivo inicial era explicar Aristóteles, volvía a Aristóteles. «Y si por cucaracha te digo: ‘Seguí con Nietzsche que está rindiendo más’?», retrucó Fantino, intentando poner en evidencia la dificultad de tratar algunos temas y enfoques en la televisión. El filósofo no se quedó atrás y respondió que en ese caso «explicaría la interpretación de Nietzsche sobre Aristóteles».
«Tenés que creer lo que está escrito, y si no lo creés, lo discutís, sos un hereje», argumentó Fantino sobre la religión, y contó que por eso se hizo cuáquero. «Te permiten ser ‘no teísta'», dijo sobre la rama del protestantismo a la cual adhiere que, según su óptica, permite llegar a dios «o a lo que vos creas que existe, como vos quieras, a través de un libro, de una planta, del sexo».
Entre otras cosas, el conductor televisivo, opinó sobre Francisco y su rol actual en El Vaticano. «Lo veo como un súper líder, carismático, especial y elevado», dijo, «es un ser tremendamente valioso para la Argentina y el mundo, y lo pienso más allá de la cuestión religiosa». Pero también agregó: «si me preguntás si creo que él habla con Dios, no lo sé». Fantino se arriesgó a afirmar que «los papas siempre han marcado el estado de ánimo del mundo» y que no tiene duda de que es la persona más importante de la historia argentina. «No se lo puede comparar con nadie, ni con Maradona, ni con el Che ni con Evita», se jugó.
Fantino marcó un estilo en la entrevista televisiva, amado y odiado a la vez, donde las preguntas más simples cobran un rol protagónico. En relación a este modo de interpelar, el conductor de Animales Sueltos y El Show del Fútbol, reflexionó: «Los periodistas somos muy castigados cuando preguntamos desde el sentido común. «Para armar una pregunta en el momento de la entrevista, está bueno partir desde el sentido común y después agregarle tus propias dudas. A mí me ha servido mucho en las entrevistas con políticos preguntar cosas que parecen pelotudas y finalmente me terminan dando un título», agregó. «¿Cómo es que nadie preguntaba desde lo simple?», cuestionó.
Fantino analizó la coyuntura actual como «un momento de dualismo» y dijo que no puede «inventar una postura política» porque le da lo mismo. «Soy bastante lavado con la cosa política», explicó. Si bien reconoció que apoyaba ciertas medidas e ideas del kirchnerismo, dijo también que no está de acuerdo con que se deba aceptar ‘la grieta’ y que haya gente de un lado y de otro. «Yo estoy de acuerdo con un camino virtuoso, ni valiente ni cagón. Sería bueno empezar a buscar un camino que nos una», dijo. El gobierno, según su mirada, «se ha barrabravizado un poco, tendrían que bajar los decibeles porque son el Estado».
«Mi abuelo era metalúrgico y tenía una foto de Perón en la heladera», mencionó el conductor, para explicar el por qué de su afinidad a priori con el peronismo. «Lo soy porque mi papá lo era, y porque lo fue mi abuelo, nada más que por eso, no tengo ningún otro tipo de ligazón», concluyó.
