miércoles 24 de abril de 2024
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Qué es la neutralidad de internet y por qué debería importarme

En las últimas semanas el tema de la neutralidad de Internet estuvo en la agenda mundial, a raíz de una votación en la Cámara Federal de Comunicaciones de Estados Unidos que habilitaría la creación de una especie de «conexión premium» y diferenciar quién tiene acceso a qué contenidos.

Si bien aún no está resuelto definitivamente, el dato alarmó a internautas y militantes de la libre circulación de la información, aunque aún no parece haber interpelado a la sociedad en general. Acá repasamos qué es y por qué nos debería importar la neutralidad de Internet.

Se trata de un modelo de internet según el cual las compañías proveedoras de Internet (ISP) deberían tratar a todo el tráfico por igual, sin bloquear ni dar prioridad a webs o servicios especiales. Es decir, que tanto Amazon como un blog reciban el mismo trato por parte de la compañía que facilita que esos contenidos lleguen a los usuarios.

Esto no funciona exactamente así actualmente. En realidad, no hay demasiada regulación al respecto. Tanto en Europa, como en Estados Unidos, las legislaciones están siendo debatidas. En la actualidad, los ISP gestionan las bandas anchas y tráfico sin tener que responder ante nada ni nadie. Este tema no fue un problema hasta que hubo un par de casos en los que se bloqueó el tráfico de determinados servicios (BitTorrent, por ejemplo), bajo la excusa de que la cantidad de datos que se transfería era tal que estaban ralentizando al resto de las webs y servicios.

A raíz de la votación de la semana pasada en Estados Unidos (que establece un período de cuatro meses para debatir socialmente el tema), mucha gente se expresó en rechazo de la decisión. Las nuevas reglas determinadas por la CFC, hablan de ese “Internet abierto” en el que se prohibe a los ISP bloquear o ralentizar el tráfico de determinadas webs o servicios. Pero dejan la puerta abierta a la situación contraria: que los proveedores de contenidos en Internet que paguen algo extra a los ISP obtengan un servicio prioritario. Esto, temen muchos, daría pie a un Internet a dos velocidades en el que las compañías grandes podrían permitirse pagar ese extra y las pequeñas webs que recién arrancan, no. Los grandes como Netflix o Google, no obstante, están también en contra ya que no quieren tener que pagar más.

Además, nadie se anima a decir abiertamente que quiere una Internet regulada y el discurso de que sea “abierta y neutral” es defendido por todo el mundo, pero no todos se refieren a lo mismo. Hay quien cree que la regulación es necesaria, precisamente para evitar las desigualdades y discriminaciones por parte de las ISP, y quien cree que esa regulación lo único que hará será entorpecer el desarrollo y la velocidad natural de Internet.

En Estados Unidos, al haberse aprobado la propuesta el pasado jueves, se inicia ahora un período en el que los ciudadanos pueden comentar y sugerir cambios hasta septiembre. Pasado ese plazo, la propuesta se volverá a revisar y someterse a una votación ya final. En Europa, mientras tanto, todo está a la espera de las elecciones del próximo 25 de mayo y de la votación final que tendrá lugar en el Parlamento más adelante. Lo que suceda en Europa y EEUU, como suele ser costumbre, va a tener seguramente implicancias en la situación alrededor del mundo con este tema.

Aquí un video que explica de manera sencilla el concepto de «neutralidad»:

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