Quien crea que la autocrítica no se compra ni se vende, está muy equivocado. Al menos en Japón.
Reconocer un error es muy difícil para la mayoría de las personas. Conscientes de eso, en Japón existen empresas que, por un módico precio, piden perdón por sus clientes. Como era esperable, hay una amplia gama de precios que dependen de la gravedad del asunto, si se trata de una disculpa personal o una telefónica.
Los casos más comunes, dicen desde la Shazaiya Aiga Pro Agency, son cuestiones relacionadas con el dinero o el amor. Si un cliente quiere tomarse un día en el trabajo, por ejemplo, una mujer se hará pasar por su esposa. Llamará a la oficina y se deshará en disculpas ante su jefe, diciendo que usted está enfermo.
Por supuesto que semejante servicio, en los límites de lo ético, no es barato. La Shazaiya Aiga Pro Agency cobra 25.000 yenes (unos 240 dólares) por una disculpa cara a cara, mientras que por una telefónica o por e-mail, 10.000 (cerca de 96 dólares). Parece que tragarse el orgullo cotiza muy bien en el mercado.
