Desde su creación, en mayo de 2005, el Huffington Post ha revolucionado el mundo de los medios digitales más de una vez. Y la idea de su creadora es volver a hacerlo ahora, en su décimo aniversario, gracias a un proyecto cuyo nombre en clave es Donatello.
El nuevo objetivo de Arianna Huffington es sumar, antes de fin de año, 900.000 colaboradores a los 100.000 actuales y para eso está realizando fuertes cambios en su Sistema de Carga de Contenidos (CMS, por su sigla en inglés).
En un futuro cercano, cualquier persona con un celular o una tablet, en cualquier lugar del mundo, podrá pedir acceso al CMS del Huff para publicar lo que crea que pueda ser interesante para la audiencia.
El desafío para el equipo que dirige Arianna estará en el proceso de aprobación de los contenidos que el millón de colaboradores enviará las 24 horas del día y los 365 días del año. Para eso piensan aplicar una filosofía basada en la confianza con el usuario: cada «aspirante» será analizado una vez. Ese proceso puede tomar unos días, pero una vez que el usuario está aprobado podrá publicar libremente «mientras preserve la calidad de los contenidos». Y en ese punto es donde, una vez más, la tecnología será protagonista, ya que los parámetros de «calidad» serán analizados con mínima intervención de editores humanos. En pocas palabras: un complejo algoritmo informático se ocupará de realizar el trabajo de edición y curación de los miles de artículos que la plataforma del Huff recibirá cada día.
Pero el proyecto Donatello es todavía más grande. 2015 es el año de la guerra de las plataformas de noticias: Apple, Facebook, Twitter y hasta Snapchat están incursionando, cada uno a su manera, en el mundo de la información. Para aprovechar lo que los usuarios incluyen en todas esas plataformas la aplicación del Huff permitirá tomar lo que los colaboradores hayan publicado en cualquiera de esas plataformas, y, con un clic o dos, sumarlo también en HuffPost.
¿Cuánto pagará el Huffington Post a su millón de colaboradores? Nada. Ya todos sabemos que los periodistas trabajamos por amor al arte ¿no? El lado positivo es que no habrá que volver a inscribirse en el Monotributo.
