martes 23 de abril de 2024
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Todo lo que hay que saber a la hora de comprar una TV HD

Hace unos años, comprar un televisor era una experiencia parecida a la de comprar una heladera o un lavarropas. Con el tiempo, ese producto se fue haciendo cada vez más complejo y ahora se parece más a comprar una computadora.

4K, TDA, «relación de contraste», «tiempo de respuesta» son siglas y conceptos que se van apilando en los exhibidores y obligan al potencial comprador a tener que decidirse por productos que hace no mucho solo demandaban tener una entrada para el cable y otra para el reproductor de VHS/DVD.

Como ya hicimos en entregas anteriores con las computadoras, las tablets, los smartphones y las cámaras, en esta quinta parte de la Guía de Compras, nos enfocamos en lo útil y lo innecesario de los televisores digitales.

Nunca es importante:

– Relación de contraste:
En inglés «Contrast ratio», se supone que mide la diferencia que existe entre los negros más oscuros y los blancos más luminosos. Pero como cada fabricante informa esta medida sin guías de testeo estandarizadas, se hace imposible una comparación útil entre marcas.

– Tiempo de respuesta:
Es el tiempo que demora en cambiar un pixel de color. Mientras menor sea, se disminuye el efecto de «fantasma» que se produce en las escenas de que muestran movimientos de objetos a alta velocidad, como en eventos deportivos. Tampoco en este índice se encuentra claramente establecida la manera en la cual se mide el tiempo de respuesta por parte de cada marca, existiendo dos tipos de medidas: blanco a negro y gris a gris (ésta última es la mas representativa de las imágenes reales). A modo orientativo, se puede decir que 3 ms es un tiempo imperceptible.

A veces es importante:

– Tasa de refresco:
La tasa de refresco es la frecuencia con que se regenera el cuadro en una escena. A mayor frecuencia, menos se nota el parpadeo de la imagen y menos se cansa la vista. La diferencia de calidad entre un LCD con tasa de refresco de 60Hz y uno de 120Hz es tremenda. Por encima de los 120Hz no tiene tanta importancia. De hecho, hay modelos de 120Hz que derrotan a otros de 240Hz.

– HD o Full HD:
La resolución HD equivale a una presentación de 1280×720 píxeles, la Full HD a una presentación de 1920×1080 píxeles y la 4k, a 4096 × 2160. Si bien los televisores HD están desapareciendo, si el uso que se va a dar va a ser ver tv por cable y usar un viejo reproductor de DVD, tal vez no convenga invertir extra en un modelo Full HD o 4K.

– TDT integrado:
Aunque no todos los televidentes consumen las señales de TDT (Televisión Digital Terrestre), si se busca gozar de este servicio gratuito, quizás se debería contemplar que el televisor venga con un sintonizador incorporado, en lugar de comprarlo aparte: se ahorra un control remoto, una entrada, el espacio que ocupa el sintonizador externo y aparte la señal llega más pura.

Siempre es importante:

– Entradas:
Por prestarle atención a la calidad de la imagen (fundamental) a veces se descuidan las entradas del televisor. Cada vez más el televisor es EL centro de entretenimiento hogareño y tendríamos que poder conectarle, a veces simultáneamente, todos los dispositivos que elijamos para mejorar nuestra experiencia: computadora, consola, parlantes, reproductores, cámaras, pendrives, etc.

– El tamaño:
A no engañarse, más grande no siempre es mejor. La medida del televisor deber caber cómodamente en la habitación, pero además se calcula que la distancia entre la tv y el observador debe estar entre 2 y 5 veces el ancho de la pantalla. Así, debería haber una distancia de al menos 1,5 metros entre un aparato de 32 pulgadas y el sillón de la habitación y de al menos 2 metros para uno de 40 pulgadas.

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