jueves 28 de marzo de 2024
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Diccionario de periodismo digital: «Innovación»

La contracara del gurú, es el innovador. Los pronósticos del primero pueden quedar en un post, una conferencia o un paper y no dañar a nadie. Las acciones del innovador afectan a periodistas y lectores. Sus decisiones alteran la producción periodística, sus resultados se miden y sus objetivos deben cumplirse.

Que un medio digital decida innovar, puede traducirse en una integración con la redacción en papel, como hizo Clarín; darle un lugar preponderante a los videos, como impulsa La Nación; cambiar el sistema de carga de contenidos o regionalizarse, como decidió Infobae; notas en versión condensada y extendida al modo de Big Bang News; el rediseño de la Home Page, una nueva estética o métodos de participación alternativos de la audiencia, como cada tanto hacen todos.

Los diarios impresos comerciales que son emblema del siglo XX transitaron su historia casi sin innovaciones, al menos visibles para el lector. Tal vez la incorporación de coleccionables, el color, rediseños, pero no mucho más. La radio igual: AM, FM, música y palabras combinadas en distintas proporciones. Pero tal vez por ser un tipo de periodismo que se ejerce dentro del marco incesante de la tecnología que le da soporte, el digital se ve compelido a innovar sin descanso.

The Boston Globe, por ejemplo, acaba de presentar sus 10 retos para 2017. De los 10, al menos siete buscan hacer de un modo diferente lo que se venía haciendo. Y dos apuntan directamente a la innovación:

Se formará un grupo para la reinvención de la organización, que delineará nuevas metas y calibrará los recursos en las áreas de cobertura.

Se buscará crear un grupo pequeño de conocedores de tecnología para plantear herramientas fáciles de usar y que genere mejores formas de comunicación en toda la redacción.

The New York Times tiene un grupo de trabajo llamado 2020 que, por tercer año consecutivo, difundió un reporte interno con 11 puntos centrales. Las propuestas van en la misma línea de las del Boston Globe en su afán refundacional e incluyen «Reinventar la edición», «Reinventar las secciones especiales» (las negritas son mías) y, como no podía faltar, «Lanzar un equipo de Innovación». Según la dirección del diario, “ahora mismo hay conversaciones y proyectos en marcha sobre periodismo en plataformas de mensajería, nuevos podcasts, audio bajo demanda, realidad virtual, vídeo 360, vídeo interactivo en directo, nuevas plataformas sociales, nuevos verticales o realidad aumentada”, entre otros.

¿Qué les queda a los medios periféricos, que no pueden «destinar cinco millones de dólares adicionales para cubrir la presidencia de Donald Trump» (punto 1 del informe del Times)?¿Cómo innovan los sitios pequeños, los que a duras penas cubren sus costos, los que no se pueden permitir el ensayo y error?

Una opción es la fuerza motorizada por la mística. Hace unos días La Nación produjo uno de los mejores trabajos periodísticos de la región: dos años de análisis de las escuchas de Nisman. Más de 40.000 audios clasificados, 986 horas de duración que fueron procesados por 120 voluntarios y presentados de un modo interactivo. Un trabajo enorme y original que de otra manera no hubiera podido realizarse.

Otra alternativa es conseguir el apoyo de fundaciones que impulsan la innovacion en medios. Chequeado cuenta con un área de innovación para proyectos especiales y se financia con donaciones de particulares y entidades internacionales.

La tercera es ser un innovador de segunda generación: subirse al trabajo de medios más poderosos y clonar sus innovaciones exitosas (The Washington Post desarrolló una plataforma que ofrece a otros medios) o implementar innovaciones a partir de herramientas de código abierto (Crowdata es el programa que usaron para procesar los audios de Nisman y está disponible gratuitamente).

Y la otra es no innovar. La cruel verdad es que innovación no es sinónimo de éxito y hasta puede significar todo lo contrario. Apostar todas las fichas a las noticias en video y que los lectores decidan que no quieren las noticias en video puede ser un golpe muy duro y muy costoso. Dedicar dos años a una investigación y que tenga más visitantes un vómito redactado en diez minutos termina siendo devastador para el que quiere plantar su bandera en un terreno que nadie pisó hasta ese momento.

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Diego Rottman
Diego Rottmanhttps://www.malaspalabras.com/
Diego Rottman es Licenciado en Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Buenos Aires. Director de la agencia DataPress Multimedia y del portal argentino Periodismo.com. Es autor con Jorge Bernárdez de dos libros sobre periodismo y medios: «Ni yanquis ni marxistas, humoristas» (Editorial de Belgrano) y «La Rebeldía Pop» (Planeta). En 1997 publican la primera novela argentina en Internet, «Vida de Averchenko». Como director de la agencia DataPress Multimedia ha realizado desde 1994 trabajos periodísticos especialmente orientados a gráfica impresa e Internet.
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