martes 19 de marzo de 2024
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La neurociencia ahora puede elegir música basándose en tus ondas cerebrales

Las empresas y los compositores han comenzado a utilizar un software que hace música personalizada para tus ondas cerebrales. Pronto serás capaz de conectar los auriculares, inclinarte hacia atrás en tu silla, y relajarte con una playlist tan sincronizada con la química de tu cerebro, que aumentará tu productividad, la calidad de sueño, e incluso combatirá la ansiedad.

La frecuencia a la que resuena el cerebro define tu estado de ánimo. ¿Necesitás relajarte? Probá la actividad alfa. O ¿y qué tal un pre-entrenamiento energético? Elegí algunas ondas beta.

A medida que el deseo por la información y resultados personalizados del consumidor aumenta, la capacidad de escuchar música, literalmente, en sintonía con tu cerebro proporciona una oportunidad de negocio completamente nueva en el mundo de la música streaming.

“Tenés Spotify eligiendo opciones de canciones y proporcionando sugerencias sobre cosas que has seleccionado antes”, dice el músico Eduardo Miranda. “Si tuvieras algo más conectado a tu propia biología, sería otro modo de proporcionar servicios más personalizados.”

Miranda es músico y compositor, y es conocido por su uso liberal de la máquina de electroencefalograma (EEG) para crear arreglos de cuerda complejos. Para su siguiente acto, está utilizando el software de ondas cerebrales de imágenes para cambiar la forma en que crea su música. Los especialistas han utilizado durante mucho tiempo el EEG para diagnosticar y estudiar la epilepsia, trastornos del sueño y otros problemas médicos, pero Miranda usa la tecnología para medir cómo el ritmo afecta la actividad cerebral.

En un experimento reciente, Miranda estudió tres grupos de sujetos con pequeños discos de metal y electrodos del EEG unidos a su cuero cabelludo. En el Grupo A, Miranda trató de inspirar felicidad y energía haciendo que los sujetos escucharan música de ritmo rápido; en el Grupo B, trató de infundir tristeza con un tempo más lento y melodías sombrías; y en el Grupo C, el grupo de control, los oyentes escucharon música neutra destinada a mantener su estado de ánimo actual. Los registros de EEG mostraron que sus ondas cerebrales se sincronizaron en torno al ritmo auditivo que estaban escuchando. También informaron un cambio en el estado de ánimo después de escuchar cada composición.

Mediante la conexión de cómo el cerebro sincroniza sus frecuencias eléctricas con el ritmo de la música, Miranda postula que ciertos ritmos coaccionan ondas alfa y beta (dos de los seis tipos de ondas cerebrales) hacia un estado deseado. El músico afirma que pronto, con algunas modificaciones, las empresas podrían utilizar sus investigaciones para crear un producto que permita a los consumidores tomar un mayor control sobre su estado emocional.

La comercialización de los resultados de Miranda depende actualmente de desarrollar una tecnología igual de precisa, pero más fácil de usar que los pesados cascos que los usuarios de EEG actualmente usan para controlar las ondas cerebrales. Algunas compañías, como Affectiva, están experimentando con la tecnología de detección de mentiras que mide el estado de ánimo de los consumidores a través de su sudor, latidos del corazón, y expresiones faciales. Otros afirman que los delgados neuro-cascos compatibles con iOS, que también regulan la actividad cerebral del usuario, podrían ser la respuesta.

Sin embargo, otras compañías están probando un camino completamente diferente. En la página web Brain.fm, los oyentes se conectan a sus auriculares y escuchan canciones que activan sus ondas alfa y beta con el fin de relajarse, focalizar, meditar, o dormir. Lanzada en 2016, los usuarios revisan las opciones de Brain.fm, hacen clic en su estado de ánimo deseado y, a continuación, se sientan a escuchar las pistas destinadas a producir ese estado.

Después de varios minutos, Brain.fm pide a los oyentes evaluar su eficacia. Dado que la frecuencia de las ondas cerebrales varía ligeramente de una persona a otra, el algoritmo continúa modificando las pistas reproducidas hasta que el usuario valora su experiencia como “muy efectiva”.

Recientemente, los productores han consultado a Brain.fm para aprender cómo crear música biológicamente más en clave con su público objetivo. Los artistas están buscando formas de sincronizar sus canciones a las ondas cerebrales de los usuarios, dice el fundador de Brain.fm Junaid Kalmadi.

Nuestros cerebros son fábricas eléctricas sofisticadas, impulsadas por más de 100 mil millones de células nerviosas. Mediante la sincronización de nuestro ritmo biológico a señales ambientales, como la música, los consumidores pronto serán capaces de optimizar y seleccionar cuando se relajan, focalizan, y controlan la ansiedad.

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