Pocas personas pueden nombrar el momento en que su vida cambió por completo, pero Lyn Slater, trabajadora social y docente de la Universidad de Fordham, pueden recordar la fecha con exactitud. En septiembre de 2014, estaba esperando a una amiga cerca del Lincoln Center, en Manhattan, para ver un desfile en la Semana de la Moda.
Mientras estaba de pie en la calle, algunos fotógrafos extranjeros confundieron a la mujer de 63 años con una famosa, ¡pensaron que era un icono de la moda! Entonces comenzaron a tomarle fotos, y la ráfaga de flashes atrajo la atención de los turistas que pasaban por ahí, que también comenzaron a sacar fotos. Fue el comienzo de algo grande.
Slater siempre había disfrutado de la moda, y utilizaba sus outfits como forma de expresión individual. Con anterioridad al casual encuentro, había comenzado un blog llamado Accidental Icon, que narraba su exploración en el estilo personal. Como académica, también consideraba el campo como un área de estudio seria y digna de consideración.
“Cuanto más investigo la moda”, dijo Slater, “más me doy cuenta que es una fuerza poderosa. Hablamos mucho acerca de cuan opresiva es, o cómo promueve el tipo de cuerpo ideal, pero no hablamos acerca de cómo puede ser productiva.” Aparte de tener un estilo espectacular, Slater escribe ensayos personales acerca de su relación con la moda.
Apenas un mes después de comenzar Accidental Icon, sucedió el caso de identidad equivocada. El encuentro llevó su foto a la revista Downtown Magazine, y fue una gran ayuda para el blog de Slater. Desde entonces, su influencia sólo ha crecido, y le permitió comenzar una nueva carrera como modelo senior.
Slater ya protagonizó campañas de moda editoriales, así como proyectos que rompen el estigma del envejecimiento. “No hay parámetros de edad en la moda. Mi nuevo lema es ‘No me digas que hay reglas’”.
