Más de nueve millones de ecuatorianos participarán este domingo de la segunda vuelta electoral en los comicios presidenciales que enfrentan al ex Ministro de Economía progresista Rafael Correa y al magnate conservador Álvaro Noboa.
Según la mayoría de los sondeos previos a la veda electoral, Correa mantendría una amplia ventaja sobre su rival, de entre los 4 y los 8 puntos porcentuales. Sin embargo, tras la experiencia de países como Brasil y México (donde las diferencias en las presidenciales eran amplias y luego se redujeron drásticamente), los candidatos prefirieron mantener la mesura.
La correcta realización de las elecciones será fiscalizada por una comisión de la Organización de Estados Americanos (OEA), que estaba liderada hasta ayer por el diputado argentino Rafael Bielsa.
Bielsa recibió duras y constantes críticas por parte de Correa, quien aseguraba que el argentino no garantizaba la transparencia de los comicios. Por eso, el Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, decidió apartarlo de la Comisión.
De ganar Correa, Ecuador se inclinaría hacia el nuevo socialismo impulsado por Hugo Chávez y se inclinaría hacia el Mercosur. Noboa, quien se autoproclama “enviado de Dios”, promueve la aprobación de Tratados de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos y la profundización de la dolarización.
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