Representantes de 24 países circundantes al Mar Caribe – entre ellos seis presidentes – se reunieron en Cartagena para analizar las políticas estatales con las que se encara al narcotráfico en la región. Entre otros puntos, exigieron a Estados Unidos mayor colaboración y no delimitar el área entre “países productores” y “países consumidores”.
Más allá de algunas declaraciones con peso propio, el documento final de la Cumbre expresa apenas deseos de cooperación y apoyo sin definiciones en concreto. En ella, en líneas generales, se propone mejorar los métodos de control en puertos, aeropuertos y fronteras, combatir el narcotráfico a través de Internet y facilitar el intercambio de información y asistencia técnica entre los países.
Estuvieron presentes los presidentes Álvaro Uribe, de Colombia; Felipe Calderón, de México; Tony Saca, de El Salvador; Álvaro Colom, de Guatemala, Martín Torrijos de Panamá; y Leonel Fernández, de República Dominicana. El gran ausente fue el venezolano Hugo Chávez, quien argumentó problemas de seguridad.
Entre otras definiciones, el dominicano Leonel Fernández aseguró que la cooperación internacional para la lucha contra el narcotráfico es “ridícula”, y pidió a Colombia y México que, como los países más ricos del bloque, creen un fondo común para financiar operativos en conjunto. Por su parte, Uribe – férreo aliado de Estados Unidos en la región y destinatario del Plan Colombia –reclamó dejar de dividir a la región entre países productores y países consumidores, en directa alusión a los esquemas diseñados en Washington.
Sorprendió, sin embargo, que más allá de algunos discursos pronunciados durante la cumbre, no se plasmara en la declaración final ninguna mención ni al Plan Colombia ni al Plan Mérida, el programa que intenta implementar Washington en México y Centroamérica.
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