Pasados los tres días de combates tras los ataques terroristas coordinados que dejaron 183 muertos, las acusaciones entre Nueva Delhi e Islamabad amenazan ahora con resentir aún más las relaciones entre la India y Pakistán.
Ambos países se han enfrentado en tres guerras desde 1947. Los dos tienen poderío nuclear.
Mientras Mumbay – el nombre con el que se conoce a esta ciudad en la India – retorna al movimiento cotidiano, los diarios locales no dejan de criticar la imprevisión del Gobierno y acusan a los políticos de intentar sacar rédito de cara a las elecciones del próximo sábado en Delhi y de las nacionales en mayo. Ayer presentó su renuncia el Ministro del Interior, Shivraj Patil.
Sin embargo, las autoridades indias rápidamente acusaron a Pakistán de estar detrás de los ataques. Islamabad, en cambio, rechazó las acusaciones y se puso en alerta: aseguró que si aumenta la tensión transferirá soldados desde su frontera occidental hacia el límite con la India.
En tanto, persiste sin cambios un alarmante trasfondo social en el país con mayoría hindú: la población musulmana, aún numerosa, vive en las peores condiciones socioeconómicas siendo parte del estratos más bajo de una sociedad caracterizada por un rígido sistema de castas. Esto pasa a ser un caldo de cultivo ideal para que florezcan los grupos terroristas.
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www.clarin.com/diario/2008/11/30/elmundo/i-01813001.htm
es.reuters.com/article/topNews/idESMAE4AT00A20081130
www.elpais.com/articulo/internacional/elpepuint/20081130elpepiint_1/Tes