Cargado de simbolismos, el presidente electo de Estados Unidos, Barak Obama, llegó ayer a Washington donde esperará hasta el martes, cuando jurará como el 44º mandatario norteamericano. Viajó en tren desde Filadelfia, tal y como lo hiciera Abraham Lincoln en 1861.
A su paso por Wilmington, Delaware, Baltimore y Maryland, entre otras muchas estaciones, miles de personas lo vivaron en medio de un clima de verdadera emoción. Obama es el primer presidente electo de raza negra en los Estados Unidos, un país que sufrió la segregación racial hasta hace apenas 30 años atrás.
Mientras ya empiezan a llegar a Washington miles de personas desde todos los puntos del país, las autoridades de la ciudad calculan que el martes habrá alrededor de 2 millones de ciudadanos que no querrán perderse la asunción del nuevo mandatario.
Barak Obama llega al sillón de la Casa Blanca en un momento histórico muy particular para los Estados Unidos: sus tropas hacen frente a dos guerras simultáneamente – en Irak y Afganistán – que lejos están siquiera de controlar, y al mismo tiempo el país navega en las turbulentas aguas de la peor crisis financiera desde el crack bursátil del año 1930.
El martes, Barak Obama jurará sobre la misma Biblia que usó su predecesor, Abraham Lincoln, y completará así su carrera a la Casa Blanca, que comenzó en febrero de 2007 cuando anunció su candidatura a la presidencia en Springfield, Illinois, en el mismo lugar donde Lincoln anunció la suya.
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www.elpais.com/articulo/internacional/elpepuint/20090118elpepiint_2/Tes
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news.bbc.co.uk/hi/spanish/international/newsid_7835000/7835793.stm
