El empresario ganadero Eduardo Cavanagh declaró ayer ante el juez Julián Ercolini en la causa que investiga si se pagaron coimas en operaciones de exportación a Venezuela. Desmintió de plano que le hayan pedido coimas o comisiones pero deslizó que habría habido preferencias por algunos empresarios por sobre otros.
«Había que estar allegado a alguien que estuviera encargado de llevar las negociaciones. Era público que se debía negociar con las partes, delegaciones argentinas y venezolanas. Estaba sobreentendido», dijo ante el magistrado. Reconoció así que él no corría «con el caballo del comisario» y que por eso se cayó su posibilidad de vender vacas al país caribeño.
Cavanagh había sido nombrado por el ex embajador en Venezuela, Eduardo Sadous, como uno de los empresarios que se quejaron de presiones del por entonces secretario de Agricultura, Javier De Urquiza. Frente a Ercolini el ganadero negó los dichos del diplomático aunque reconoció que un exportador de carnes, Carlos Yomal, le había reomendado que no siguiera en el negocio «porque no es para vos».
Durante toda la declaración, el empresario negó que le hayan pedido coimas o comisiones y aseguró que quedar afuera de la exportación es algo que «sucede en los negocios». El juez Ercolini sigue de cerca las pistas que relacionan a dos empresas con la venta de maquinaria agrícola a Venezuela para ver si el porcentaje de comisiones que cobraban por su intermediación escondía un posible pago de coimas. También están en la mira intermediarios de otros rubros.
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www.clarin.com/diario/2010/05/15/elpais/p-02195681.htm
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