En la ciudad de México, el 14 de enero, un hombre que conducía su vehículo fue detenido por un control de alcoholemia de rutina. Antes de efectuar el examen, la policía escuchó una voz en el fondo del auto: «¡Está borracho! ¡Está borracho!».
Sorprendidos por el hecho, los investigadores notaron que se trataba de un loro. Por su parte, el dueño del ave, Guillermo Reyes de 49 años, fue sometido al test de ebriedad. Dicen que los animales son sabios, aunque a veces traicioneros, pues efectivamente el conductor no pasó la prueba y fue llevado a prisión por conducir en estado de ebriedad.
En cuanto al loro, las autoridades decidieron no alejarlo de su dueño, ya que a pesar de haberlo delatado, Reyes dijo que su mascota podría sufrir estrés si se separan. Sin embargo, en caso de surgir otro imprevisto, la Brigada de Vigilancia Animal actuaría al respecto.