viernes 29 de marzo de 2024
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10 consejos que ayudan a resolver conflictos en el trabajo

En cualquier entorno laboral pueden aparecer conflictos. Los estilos de conducción, las diferentes personalidades y temperamentos y las diferencias de criterios, son sólo tres de los aspectos que los generan.

Los conflictos afectan no sólo la productividad de los colaboradores, sino también su estado emocional; de allí que la misión de cualquier empresa necesita contemplar, también, todas las formas de resolución de problemas para evitar sobresaltos permanentes en su operatoria.

Estos consejos están diseñados desde la perspectiva de quienes participan del conflicto. Serán de orientación y apoyo para delinear estrategias que contribuyan a un buen clima interno, y a resolver diferencias específicas:

 

  1. Escoger el tipo de batalla
    Cuando irrumpe una situación de enojo, bronca, reclamos y confrontación, es necesario que elijas qué tipo de afrontamiento realizarás. Por ejemplo, una discusión podrá echar más leña al fuego, mientras que un debate incluyendo un mediador neutral -por ejemplo, un compañero de trabajo ajeno al problema- podría sumar claridad en muchos aspectos. Mantén presente el propósito que deseas lograr, que siempre debe ir más allá de querer “salirte con la tuya”.

 

  1. Hablar (no sólo con palabras)
    El 55% de la comunicación humana es gestual; el 38%, tono de voz y la expresión de cómo dices las cosas y las enfatizas con gestos; y sólo un 7% las palabras. Cuida este balance, que es decisivo para lograr comunicarte con efectividad y allanar el camino para resolver los problemas. En cuanto a lo formal, elige sillones donde puedan verse los cuerpos además del rostro, o mesas redondas, que facilitan la comunicación.

 

  1. Apoderarse de la comunicación
    Un problema típico es cargar con la culpa hacia el otro: lo único que conseguirás es más conflicto. Si en tu ánimo está superarlo y resolverlo, necesitarás expresar todas tus ideas y posiciones desde la primera persona del singular: “Yo siento…”, “Lo que observo acerca de esta postura que manifiestas reiteradamente es…”, “Desde mi perspectiva…”, “Entiendo lo que dices, aunque quisiera agregar que…” es una forma de canalizar mejor las diferencias.

 

  1. Escucha activa
    Mantén una posición abierta y receptiva al comunicarte con las demás personas. Fija tu mirada y observa atentamente no sólo las palabras, sino los gestos y micro-gestos. Percibe, al mismo tiempo, tus emociones internas y qué palabras, conceptos o diferencias generan mayor nivel de ruido dentro tuyo. Busca el origen de este sentimiento, y haz el esfuerzo consciente de salir de ese lugar cuando quieras avanzar en la resolución en curso: si te quedas anclado allí es difícil que puedas lograrlo.

 

  1. Contextualizar el conflicto
    Un error frecuente es meter todos los temas en una misma bolsa. Así, aparecerán historias del pasado, o hechos que aún no ocurrieron, distrayendo del foco principal. Pon en contexto tus argumentos, limitándote exclusivamente al tema del momento, y promueve que la otra persona haga lo mismo.

 

  1. Aportar información de valor
    En consonancia con lo anterior, prepara tu posición con información que ayude a destrabar el conflicto y que sea presentada con objetividad y profundidad.

 

  1. Enfocarse en las partes principales en discordia
    Un conflicto encierra varios intereses. Si se intenta abarcarlos todos es posible que se disperse el objetivo final. Un estado ideal es invitar a desmembrar, punto por punto, los ejes principales del conflicto, y arribar a acuerdos parciales, en camino al cierre final.

 

  1. Evitar sumar más agresiones
    Expresiones al paso, socarronas e hirientes no ayudarán en el proceso. Deja de lado más agresiones por más enfurecido que estés, ya que no permitirán que avancen en la resolución del conflicto. En muchos casos es necesario fijar límites suscriptos por ambas partes, por ejemplo, no interrumpir mientras el otro habla; desconectar el móvil por completo y evitar expresiones hirientes.

 

  1. Busca un mediador
    En casos graves, una figura neutral, desde dentro o fuera de la organización, ayudará a calmar los ánimos y a establecer el cumplimiento de las reglas que se propongan las partes. A la vez, ayudará a formalizar los acuerdos y traerá consciencia y reflexión cuando haga falta.

 

  1. Llegar al mejor acuerdo posible para prevenir futuros focos de conflicto
    Cuando se alcance un punto cúlmine, es importante ratificar, formal o en un canal informal, el acuerdo con sus puntos, y la forma en que los involucrados evitarán volver a un punto de quiebre como el que han atravesado. Aquí se produce algo sabio y virtuoso: las lecciones aprendidas, que es la forma en que cada persona y organización aprende de los hechos desafiantes.

 

Daniel Colombo
Master Coach Internacional especializado en CEO, alta gerencia y profesionales; conferencista internacional; motivador; autor de 21 libros y comunicador profesional.
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