sábado 20 de abril de 2024
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Clarín quedó literalmente último en la agenda dos veces en una semana

Diccionario de periodismo digital: «Agenda»

«Dígame qué cosa no informó Clarín durante esos gobiernos [Duhalde y De la Rúa], qué escándalo de corrupción no tuvo eco, que aspecto de la crisis no se tocó», increpa Héctor Magnetto al periodista que lo «entrevista» para su libro «Así lo viví», sobre los años de los Kirchner en el poder. A la vez que niega haber ocultado información con gobiernos afines, justifica el duro tratamiento hacia los K diciendo que «molestar es una de las funciones de la prensa», y se ampara en sus competidores: «miremos además qué hicieron otros medios críticos como La Nación o Perfil. ¿No fueron igual de duros cuando el gobierno tomó medidas objetables, no publicaron tapas y editoriales tan críticas como las nuestras?».

Cuando trabajé con Chiche Gelblung -mediados de los ’90-, nos obligaba a aprender a producir ignoranndo a Clarín. Su lógica era atendible: todas las radios copian la agenda de Clarín del día, seamos distintos, tengamos una agenda propia. ¿Sigue siendo hoy Clarín el medio que propone de qué se va a hablar en los otros medios y en la calle?

Esta fue una semana nefasta para «El gran diario argentino» cuando, lejos de hacer punta, quedó literalmente último con la agenda no una, sino dos veces.

El primer caso sucedió el sábado, cuando por temor al piquete de los obreros de AGR, Clarín decidió cerrar la edición del domingo a las 3 de la tarde. Al día siguiente era el diario menos actual del kiosco: en sus páginas faltaron la Copa Davis, Lanus Campeón y «El Ciudadano Ilustre» ganador de los Goya, por solo citar tres omisiones imperdonables.

El otro caso empezó el miércoles por la mañana, cuando el sitio del Ministerio Público Fiscal publicó la primera información sobre las negociaciones del Correo y el Estado.

Luego, medios considerados «militantes» (Infonews, El Destape, Diario Registrado y otros) lo levantaron de acá y comenzó a circular fuerte en las redes sociales. Por esas horas muchos consideraban a la noticia como falsa. No lo era, aunque su enfoque era notoriamente sensacionalista e inexacto («Macri se autoperdonó 70 mil millones»).

A la tarde aparece en Big Bang News (un medio puramente digital). Recién a la noche llega a Perfil.com y a los primeros sitios de diarios, Página/12 y El Cronista. Estos medios eran menos tajantes y ayudaban a entender más fríamente la noticia.

Ese día ni Clarín, ni La Nación, ni Infobae, los tres medios digitales argentinos más consultados, hablaron del tema. No existió. Ni en potencial, ni cautelosamente, ni «noticia en proceso». Nada.

Al día siguiente La Nación lo llevó a tapa y lo subió a la web bien temprano. Desde entonces informa con rigor y amplitud pero con unsa salvedad simpática: nunca aparece la palabra «Macri» en un título sobre el tema. Infobae, que suele ser un medio ágil y atento, extrañamente no lo fue esta vez: subió la primera noticia 24 horas más tarde. Y Clarín, el otrora Rey de la Agenda, lo ignoró en su tapa y le asignó una columnita escondida en la página 11:

Recién a 48 horas de conocido el caso, lo llevó a tapa.

El episodio deja varias observaciones:
– Cuando la noticia lo vale, los medios digitales pueden fijar agenda, pese a la reticencia de los medios grandes.
– Pero también es cierto que solo cuando aparece en los medios tradicionales pasa a adquirir status de noticia. Sin esa validación, para muchos era «fake news».
– ¿Qué suerte hubiera corrido esta noticia en los medios grandes si los medios online no la hubieran destapado? Podemos intuir la respuesta.

«Nosotros salimos de años de supervivencia», resume Magnetto en su libro al hablar del enfrentamiento con el kirchnerismo, «lo que se percibe ahora [con Macri] es un escenario diferente, donde no se habla a los gritos, donde no se dramatiza tanto, al menos por ahora, el papel de la prensa». En este tiempo cordial, en el que Clarín habló de volver a profesionalizarse y ser creíble, es cuando periodísticamente está perdiendo su influencia. Porque «molestar es una de las funciones de la prensa». Lo dijo Magnetto.

Diego Rottman
Diego Rottmanhttps://www.malaspalabras.com/
Diego Rottman es Licenciado en Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Buenos Aires. Director de la agencia DataPress Multimedia y del portal argentino Periodismo.com. Es autor con Jorge Bernárdez de dos libros sobre periodismo y medios: «Ni yanquis ni marxistas, humoristas» (Editorial de Belgrano) y «La Rebeldía Pop» (Planeta). En 1997 publican la primera novela argentina en Internet, «Vida de Averchenko». Como director de la agencia DataPress Multimedia ha realizado desde 1994 trabajos periodísticos especialmente orientados a gráfica impresa e Internet.
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