Había interminables corredores llenos de funcionarios apresurados cargados de archivos; oficinas con computadoras, microscopios y lectores de huellas digitales.
Vi señales de centros médicos y comedores, algunos lugares recién pintados, otros en renovación. El personal de seguridad se mantenía vigilante, los traductores luchaban con todo tipo de idiomas.
En cuartos individuales, se desarrollaban intensas conversaciones entre trabajadores del centro y familias acerca de historias de vida y viajes dramáticos.
Niños ansiosos buscaban regazos paternales, algunos jugaban, otros se mostraban inquietos en cuartos de espera.