No es inusual preguntarse en qué trabajarán las personas en un futuro, e incluso si los humanos dejarán de trabajar algún día.
Que la tecnología va a destruir muchos puestos de empleo no es ningún mito; sustituir a trabajadores por robots no solo ayuda a reducir gastos, también incrementa la productividad. No obstante, si se han exagerado mucho las consecuencias de la robotización del empleo.
Se ha hablado sobre conceder una renta básica universal, u obligar a los robots a pagar impuestos. Sin embargo, fomentar el sedentarismo en la sociedad o ponerle barreras a la innovación parece absurdo; hay muchas otras soluciones para que los robots tengan el menor impacto posible sobre el mercado laboral, dejando al mínimo número de trabajadores sin empleo.