Cuando pensamos en el crimen organizado, nos vienen a la mente hombres con pasamontañas armados hasta los dientes que llevan a cabo grandes atracos de dinero como en las películas policíacas.
Sin embargo, no es del todo así: hay formas más sutiles en las que el crimen organizado se mezcla en nuestras vidas sin que muchos nos demos cuenta.
La Agencia Nacional del Crimen (NCA, por sus siglas en inglés) de Reino Unido dijo que la amenaza de las bandas criminales es «asombrosa» y que necesita dinero extra para combatirla.
Aquí te explicamos 3 maneras en las que, quizás sin quererlo, contribuimos al enriquecimiento de los delincuentes.