La felicidad es una ciencia difusa. Investigadores de toda condición llevan décadas tratando de averiguar qué hace felices a los seres humanos, quizá con la vana esperanza de encontrar una receta universal que nos haga menos desdichados. Los resultados casi siempre son contradictorios: hay estudios que afirman que a partir de un umbral de renta (95.000€) dejamos de ser más felices; mientras que otros niegan la mayor y aseveran que a más dinero le sigue invariablemente más felicidad.
También sucede con la edad. Pero con matices. Ahora un nuevo estudio vuelve a introducir una nueva idea.