Si ya estábamos enganchadísmos a las redes sociales antes, la pandemia no ha hecho otra cosa que amplificarlo. Los estudios ya dicen que en España hemos aumentado tres horas diarias nuestro consumo con respecto a antes de la pandemia. Y lo cierto es que ya usamos la pantalla para todo: hablar con nuestra familia y amigos, no perdernos cuando vamos por la calle, matar las horas viendo vídeos de YouTube o Tik Tok, informarnos sobre actualidad e incluso para tener sexo virtual. Ahí hacemos nuestras compras y asistimos a conciertos de nuestros artistas favoritos.
No salimos de ese rectángulo. ¿Y si lo hacemos? Entonces nos sentimos vulnerables, la ansiedad se apodera de nosotros. Se llama nomofobia y la sufren la mayoría de jóvenes.