Somos adictos al plástico. En 2020 casi se volvieron a batir récords (la COVID-19 frenó ligeramente el dato) y se produjeron 367 millones de toneladas a nivel global. La mayor parte acaba en la basura y eso provoca un problema medioambiental que no se soluciona dejando de usarlo.
Ahí es donde entran en juego los microorganismos que han aprendido a comer plástico. Un grupo de científicos japoneses descubrieron una bacteria que es capaz de convertir los populares plásticos PET (tereftalato de polietileno) en la base de su alimentación, y ahora nuevas investigaciones basadas en aquel hallazgo plantean una «súper enzima» capaz de devorar el plástico y aliviar el problema.