Vayne Myers, un barista de Starbucks de 26 años que vive en Tampa, Florida, ha sufrido ansiedad desde que era niño. Un compañero de trabajo le sugirió que probara tener un animal como apoyo emocional.
Así que Myers se compró un pato hembra al que nombró Primadonna. El ave, blanca como la nieve, ha aportado grandes beneficios a su estado mental.
“Cuando sentía que yo no importaba en el mundo”, comentó, Primadonna llegaba contoneándose y le recordaba que hay alguien que sí lo ama.
No obstante, el casero de Myers se opuso y exigió pruebas de que Primadonna era necesaria por motivos médicos y no era solo una mascota. Myers le dio una carta de un terapeuta en California al que consulta por videoconferencia, y luego otra nota de un orientador que lo vio en persona (junto con la pata). Pero ninguno de esos documentos satisfizo al casero, quien amenazó con desalojarlo.