viernes 2 de junio de 2023
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Bacterias para atrapar a los delincuentes sexuales

Tras una agresión sexual, si se desconoce al responsable, es esencial encontrar rastros de su ADN en la víctima. Si ha eyaculado en su interior, es bastante sencillo. Sin embargo, si no lo ha hecho, la tarea se complica. Se pueden buscar células de su piel, pero a veces no son suficientes para encontrar una muestra de ADN que se pueda analizar. Por eso, un equipo de científicos de la Universidad de Murdoch, en Perth, Australia, ha querido ir más allá y buscar la solución en las bacterias.

Todos convivimos con microorganismos en nuestro interior, que en su mayoría llevan a cabo tareas beneficiosas para nosotros. Es lo que se conoce como microbiota. Está, por ejemplo, muy bien estudiada la microbiota intestinal. También se sabe mucho sobre la bucal. Y, en el caso de las mujeres, se han realizado bastantes estudios sobre la vaginal. No obstante, la del pene de los hombres está muy poco estudiada.

Se sabe que cuando dos personas se besan intercambian muchísimas bacterias y que las parejas tienen una microbiota bucal muy similar. ¿Y si ocurriese lo mismo con la genital? Esta fue la pregunta que se hicieron estos científicos, cuyos resultados se publicaron recientemente en Forensic Science International. Comprobaron que, efectivamente, durante el sexo con penetración hay un intercambio de microorganismos, a los que han bautizado como sexoma y que su análisis podría ser muy útil tras una gresión sexual.

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