Cards Against Humanity, uno de los mejores juegos de mesa de la historia y, desde luego, uno de los más políticamente incorrectos, ha vuelto a hacerlo. Después de las campañas en las que hicieron que los usuarios les pagasen para cavar un hoyo sin ningún motivo concreto o vendieron literalmente mierdas secas a sus clientes, ahora ha optado por la justicia social.
Por ayudar a los inmigrantes, sí, pero siendo honestos, también por hacer de rabiar a uno de los presidentes menos queridos de la historia de Estados Unidos. Los responsables de CAH han comprado unos terrenos baldíos en la frontera entre EE.UU. y México que, según lo planeado, encajan en la trayectoria planificada por la que debería pasar el gran muro de Trump.