De la telenovela Rolando Rivas taxista, emitida a comienzos de los 70, decían que “se paraba el país” para verla. Hoy el contexto mediático es radicalmente distinto: ya no hay solo cuatro canales nacionales sino innumerables opciones de entretenimiento e información, múltiples plataformas y posibilidades de ver las cosas en el momento en el que salen a la luz o en cualquier otro, entero o interrumpido. Sin embargo, hay quienes resisten y todavía imprimen en sus audiencias la adrenalina del vivo y el directo. Y Carlos Pagni, analista político estrella del diario La Nación y su canal televisivo La Nación Más, lo logra: propone un producto de la coyuntura política ligado al momento, a cierta emoción del acontecimiento anclado temporalmente (“¿lo viste ayer a Pagni?”), al menos para el extracto politizado de la sociedad. Y no lo hace con un formato sencillo ni particularmente amigable con la era del reel perpetuo: sus editoriales lo tienen parado frente a un atril con algunas hojas y superan los 40 minutos de verbalidad apenas apoyada, a veces, con gráficos estáticos en una pantalla. Y si el formato disrumpe un entorno audiovisual fragmentado, veloz y fugaz, el tono y el ritmo reflexivos adquieren mayor singularidad en un contexto mediático y político polarizado que revolea diagnósticos y recetas facilistas para endulzar oídos desesperados y hartos. En la misma línea, Pagni acaba de publicar el libro El nudo. Por qué el conurbano bonaerense modela la política argentina, en donde disecciona los aspectos históricos, políticos, sociales, demográficos, emocionales y urbanos que conforman un área geográfica que es, a la vez, un mar de sentidos y posibilidades de la política argentina.