En El curioso caso de Benjamin Button, un cuento de F. Scott Fitzgerald que después se convirtió en una película protagonizada por Brad Pitt, un hombre se desarrolla al revés: nace como un viejo y va rejuveneciendo a lo largo de los años, hasta que muere como un bebé de brazos.
Esto no es algo que veamos en la vida real. La pregunta es por qué no.
En lo que equivale a un triunfo tecnológico para los aspirantes a convertirse en los Benjamin Button del mundo virtual, un equipo de físicos cuánticos informó a principios de este año que había logrado crear un algoritmo de cómputo que actúa como la “fuente de la juventud”.