Nahuel Antolín Benítez tiene 38 años y síndrome de Barth, una rara enfermedad genética que provoca fallas cardíacas, riesgo de infecciones bacterianas serias y desarrollo motriz retrasado. Es sordomudo y lo poco que ve es a 45 grados del ojo izquierdo. Su mamá, María Inés Álvarez, llega como puede a fin de mes y juntos hacen colas interminables en los hospitales.
Éstos son sólo algunos de los múltiples desafíos a los que se enfrentan las familias que tienen un integrante con discapacidad y viven en situación de vulnerabilidad económica.
Según datos del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2010, en la Argentina hay más de cinco millones de personas (el 12% de la población total) con discapacidad. Por otro lado, las cifras de la última Encuesta de la Deuda Social Argentina del Observatorio de la UCA señalan que el 40,6% de los hogares que tienen un integrante con discapacidad son de nivel socioeconómico muy bajo, el 26,8% bajo, el 19,9% medio bajo y el 12,8% medio alto.