La inoculación secreta contra el coronavirus en un “vacunatorio VIP” montado en el Ministerio de Salud de la Argentina es el último escándalo de este tipo que se conoce en el mundo y sucede casi en paralelo con otro similar: el “Vacunagate” peruano.
En el caso argentino, se inmunizaron un periodista, Horacio Verbitsky, un senador, un diputado, tres médicos, un empresario y varios miembros de su familia. El episodio se conoció porque fue el propio Verbitsky el que contó ayer en su programa de radio que se había vacunado. Admitió haber llamado a “su viejo amigo” el ministro de Salud Ginés González García y que había ido a una sala especial del edificio del Ministerio para recibir su inyección.
La declaración pública rápidamente fue repudiada por ciudadanos indignados, políticos opositores y algunos oficialistas. En la tarde, el presidente Alberto Fernández le pidió la renuncia a Ginés González García, quien dimitió, pero el mandatario argentino aún no se pronunció.