Se vende en forma de gomitas y galletas. Se puede untar o fumar. Y, dependiendo de dónde vivas, puede estar disponible en dispensarios y venir dentro de productos mucho más potentes que cualquier cosa conocida en el pasado.
Hablar con los adolescentes sobre el cannabis nunca ha sido fácil, pero ahora parece un campo minado.
“Es muy muy difícil ser padre en estos momentos”, afirmó Samuel Meisel, psicólogo clínico e investigador científico del Hospital Bradley y del Centro de Estudios sobre Alcohol y Adicciones de la Escuela de Salud Pública en la Universidad Brown.
El consumo de marihuana entre los adolescentes de Estados Unidos no ha dejado de aumentar en las tres últimas décadas, al igual que el porcentaje de adolescentes que la consideran inofensiva. Y, aunque el cannabis sigue siendo ilegal para los menores de 21 años, muchos temen que su creciente legalización haya eliminado las barreras de acceso para los chicos que quieren experimentar.