El último abril, Roberto Forgione se dio cuenta de que alguien que lo había ignorado anteriormente estaba viendo sus historias en Instagram (esas actualizaciones breves e informales que se despliegan en el borde superior de la pantalla de la aplicación durante 24 horas e incluye listas de gente que las ha visto).
“Después de dos apariciones, me dije: ‘Volvió’”, cuenta Forgione, un productor de fotografía de 31 años que vive en Brooklyn. Decidió arriesgarse y contactarlo a través de un mensaje directo. “Le pregunté si quería salir conmigo y contestó que sí”, dijo Forgione. Los dos han seguido viéndose desde entonces, pasaron el Día de Acción de Gracias juntos y asistieron a una boda como pareja.
Anthea Fisher, una coordinadora de proyectos financieros de 22 años, comenzó una relación en Instagram con alguien que había conocido a través de otros. “Nos gustaban las fotografías del otro de vez en cuando”, dijo. “Después de que mi exnovio y yo terminamos, comenzó a darle me gusta a muchas de mis cosas y miraba todas mis historias. Me mandaba mensajes directos y memes. Me di cuenta de que trataba de llamar mi atención”.