Fue un cambio radical en el evento principal del atletismo, pero es poco probable que los espectadores dentro del estadio olímpico de Londres en los Juegos de 2012 se dieran cuenta.
Comprensiblemente, estaban distraídos mirando a Usain Bolt cruzar la línea de meta en la competición de los 100 metros lisos masculinos.
La superestrella jamaiquina ganó otra medalla de oro esa noche y estableció el récord olímpico para esa carrera en 9,63 segundos.
«Fue una de las mejores carreras de la historia», explica Steve Haake, profesor de Ingeniería Deportiva en la Universidad Sheffield Hallam de Reino Unido.
Pero Haake no solo alaba la hazaña de Bolt.