Hoy en día, quien no tiene un estudio científico a mano no es nadie. No importa lo peregrina que sea la idea, siempre hay un estudio que la respalde: ¿Quieres argumentar que no hay evidencia científica que demuestre que los paracaídas son buenos evitando la muerte de los saltadores? Aquí tienes tu estudio. ¿Quieres decir que el chocolate es mejor que estar enamorado? Aquí hay uno ¿Que hasta una oveja recuerda mejor las caras que tu amigo el olvidadizo? No hay problema.
Rara es la mañana que no nos despertamos con la cura definitiva a alguna enfermedad terrible, el enésimo producto cancerígeno o el siguiente sector que va a revolucionar el grafeno. Normalmente nos lo encontramos escrito en grande, en negrita y, a se posibles, con MAYÚSCULAS. Y la verdad es que uno quiere ser optimista, quiere creer que por fin han creado una masa de churros que no engorda o que vamos a ser capaces de acabar con las migrañas.