«Donde las calles no tienen nombre», dice uno de los grandes éxitos de la banda irlandesa U2.
«Debe ser un infierno ser cartero allí», añadirían algunos con humor.
Sin embargo, es un tema muy serio en muchas partes del planeta. En el mundo real, cerca de 4.000 millones de personas viven en lugares donde las calles no tienen nombre ni números. De hecho, carecen de todo aquello que podría considerarse una dirección propiamente dicha.
Sin eso están fuera del mapa. No pueden obtener créditos bancarios, abrir un negocio, derecho al voto y servicios como electricidad.
Además, no tienen un cartero que llame a su puerta.
«La mayor parte de África, Asia y Sudamérica sufre este problema», le comenta a la BBC Chris Sheldrick, de 33 años, fundador y director ejecutivo de what3words («qué tres palabras»), una pequeña compañía con sede en Reino Unido que ha ideado un nuevo sistema de direcciones para que el correo pueda llegarles a todos.
«Tratar de llevar a cabo un censo con indicaciones como ‘cuatro postes de luz más allá desde la esquina’ es muy ineficiente. Nosotros decimos: ‘se puede hacer de una manera diferente'».