“Bienvenidos al paraíso”, señala el Centro para Visitantes de las Islas Cocos (o Keeling). El archipiélago es popular entre los vacacionistas australianos y es sencillo saber por qué.
Fotografías de la cadena de veintisiete islas, de las cuales solo dos están habitadas, muestran océanos que solo son remolinos de colores turquesa transparente, cobalto y cerúleo, y arena tan prístina que parecen playas vírgenes.
No obstante, un estudio de 2017 dirigido por investigadores de la Universidad de Tasmania y la Universidad Victoria, ambas en Australia, descubrió que las islas están cubiertas por alrededor de 414 millones de pedazos de plástico que pesan un total de 238 toneladas (aproximadamente el mismo peso de una ballena azul). Los resultados fueron publicados el 16 de mayo en la revista Scientific Reports.