La frase se convirtió casi en un cliché: la pandemia dejó al desnudo las desigualdades sociales preexistentes en la Argentina. Lo mismo se dijo y se escribió cuando se analizó el sistema educativo. ¿Pero qué es lo que efectivamente desnaturalizó la pandemia en el ámbito escolar? Para encontrar algunas respuestas, la Secretaría de Evaluación e Información Educativa del Ministerio de Educación de la Nación realizó, durante el período más estricto del confinamiento, una investigación para conocer algunas dimensiones de lo que dio en llamar “continuidad pedagógica”, es decir, lo que ocurrió con el sistema de educación remota de emergencia que se diseñó mientras las aulas estaban cerradas.
Fueron tres encuestas en las que el organismo consultó a 2.600 hogares, 21.500 docentes y 5.000 directivos de todo el país. Más allá de la enorme brecha de acceso digital que quedó en evidencia en el momento de la virtualización de las clases, hubo otros problemas que desnudó el traslado de la escuela a los hogares: el papel de los padres varones en las tareas escolares, la diferencia entre el proceso de las escuelas primarias y secundarias, y las capacidades docentes de cara al uso de tecnologías.