Conducir cansado o con sueño no es una buena idea. Hasta ahí no hay nada novedoso no sorprendente. Pero, ¿hasta qué punto es peligroso conducir en esas circunstancias? Aproximadamente, tanto como conducir bajo los efectos del alcohol.
Entre dos y 15 veces más probable. Un estudio realizado por un equipo australiano de investigadores ha calculado este riesgo asociado a conducir tras no haber dormido adecuadamente. Según sus cálculos, dormir entre cuatro y cinco horas en las últimas 24 se asocia a un a probabilidad doble de sufrir un accidente de tráfico con respecto a la media.
Esto es equiparable a conducir por encima del límite legal de consumo de alcohol (que en España es de 0,5 gramos por litro. Como con el alcohol en sangre, el riesgo de no descansar es incremental, es decir, que por cada hora que perdemos de sueño aumenta. A lo largo del rango entre las cuatro horas de sueño y no haber dormido nada, el riesgo puede, según el estudio, multiplicarse por 15.