Un análisis sobre esos resultados de la instancia anual de negociaciones climáticas que no estuvieron en la primera plana, pero que son de igual importancia para la acción climática y que merecen nuestra atención.
Mientras escribo, estoy con una mezcla de sensaciones entre la alegría por la victoria del sábado y los nervios por el partido de esta tarde ante Polonia. E imagino que así se deben haber sentido muchos participantes al irse de Sharm El-Sheikh, Egipto: con una mezcla de sensaciones. El histórico consenso en establecer nuevos arreglos financieros para pérdidas y daños despertó enormes alegrías, especialmente para las naciones más vulnerables. Inmediatamente también generó un montón de nervios por todo lo que viene. La victoria con el fondo para pérdidas y daños no fue el fin de una lucha, es apenas el principio de un arduo y desafiante trabajo que deberá evitar los errores cometidos con el financiamiento climático existente y que deberá tener la implementación justa como eje transversal.