La pandemia del coronavirus ha desencadenado una crisis económica que crece como una avalancha.
Con Europa convertido en el epicentro de la pandemia y Estados Unidos en emergencia nacional, los gobiernos están apretando el acelerador para limitar el devastador impacto económico de la propagación del coronavirus en las familias, los trabajadores y las empresas.
Mientras cada día que pasa más países cierran sus fronteras y declaran la cuarentena para evitar la propagación del virus, la actividad económica se hunde, las empresas de los sectores más golpeados como aerolíneas, hoteles y restaurantes alertan que pueden quebrar. Muchos trabajadores están perdiendo sus empleos y las bolsas siguen en caída libre.