La inolvidable pregunta de Vargas Llosa hace medio siglo en Conversación en la Catedral sobre Cuándo se jodió Perú, necesariamente se extiende como un interrogante ahora a toda la región.
La crisis que retuerce a ese país por el golpe frustrado de Pedro Castillo desvela en una importante fracción de este espacio una decadencia institucional inquietante y retroceso consecuente en la defensa de reglas republicanas conquistadas contra las dictaduras no hace tanto como para olvidarlo.
Se defiende algo que debería ser condenado. Castillo en un discurso al país el miércoles 7 anunció el cierre del Congreso, ordenó un toque de queda, el arresto de la fiscal general y la instauración de un “gobierno de emergencia”, es decir de facto, todo ello en defensa de sus intereses personales. Esos son los hechos objetivos.