La vicepresidenta Cristina Kirchner no se presentará como candidata presidencial en 2023, aunque algunos kirchneristas en el Frente de Todos fantasearon con esa posibilidad tras su último discurso el miércoles último en Avellaneda. Su plan real es levantar la bandera de la proscripción, presentarse como víctima del Poder Judicial, la oposición, las empresas y los medios, y ser así la gran electora y la jefa de la futura oposición.
Cristina Kirchner está convencida de que el Frente de Todos perderá las presidenciales por la inflación, la pobreza y la inseguridad, entre otras deudas políticas, sociales y judiciales. Pero para renunciar prefirió una salida más épica.
Ante esa evidencia, según su entorno, prefirió revestir su renunciamiento como una consecuencia de la “proscripción” y una persecución y victimización política y judicial. De ese modo se equiparó a Juan Domingo Perón.
