Hay una máxima que se repite cada vez más seguido en Casa Rosada: lo más difícil no es decidir la salida de un funcionario sino tener el poder para reemplazarlo. Cada cambio importante dentro del Gabinete demostró que los casilleros que se vacían son ocupados por el kirchnerismo. Todo reemplazo en Balcarce 50 es cubierto por dirigentes que responden directamente a la vicepresidenta Cristina Kirchner y al diputado y líder de La Cámpora, Máximo Kirchner.
El último ejemplo ocurrió hace menos de 24 horas: Guillermo Nielsen se irá de la conducción de YPF y en su lugar asumirá Pablo González, un diputado fiel a la expresidenta, que trabaja para su espacio desde la década del ’90 en distintas áreas.
Lejos de ser el único, los cambios que tuvieron lugar en los primeros 13 meses del gobierno de Alberto Fernández confirman la tendencia.