El principal problema de que el sistema no funcione bien en la Argentina es su escasa capacidad exportadora, porque esa deficiencia es la principal limitante para el crecimiento y el progreso social.
Un país como la Argentina no puede importar más de lo que exporta durante largo tiempo, y si la economía tiene restricciones para importar insumos y bienes de capital, su potencial productivo y de desarrollo humano está indefectiblemente acotado. Además, un país que tiene un mercado externo pequeño restringe el atractivo para la inversión.
La Argentina no exporta poco. Exporta muy poco: en relación a su Producto Bruto Interno exporta nada más que el 12,8%. La información más actualizada del Banco Mundial correspondiente a 2016 muestra que es uno de los porcentajes más bajos del mundo.