Dos metros cuadrados de superficie con un espesor de 0.5 a 4 milímetros y 5 kilos de peso. Esas son las medidas estándar de la piel de una persona adulta, el mayor órgano del cuerpo humano. Con frecuencia, nos quedamos en su aspecto estético olvidando su verdadera función, que es la de barrera protectora del interior del organismo, e ignoramos manchas, erupciones y picores que avisan de que, tal vez, nuestra salud está amenazada. “Las lesiones dermatológicas no siempre son fáciles de identificar para los pacientes y pueden generar confusión”, advierte el dermatólogo Javier Pedraz, del Hospital Universitario Quirón Madrid. Le ayudamos a saber cuándo debe acudir al especialista sin pensárselo.