La ventana de oportunidad se abrió el 25 de abril y duró hasta el jueves último. Fue un período corto, pero al que el avezado mercado financiero local se adaptó a toda velocidad y supo sacarle provecho. Hasta que, al volverse insostenible, el Gobierno tiró del enchufe y dejó a muchos pegados.
Se lo apodó rulo vip en algunas publicaciones especializadas, pero más que nada se lo conoció como un rulo más. Otro de los que se vuelven posibles cuando existen decenas de controles cambiarios.
Lo único que necesitan los operadores es que un mismo activo, en este caso el dólar, tenga dos precios distintos en dos mercados diferentes. Y que esos dos mercados diferentes tengan algún punto de contacto entre sí. Con todo eso disponible, lo que sigue no es más que comprar el dólar donde cotiza más barato, venderlo donde cotiza más caro y volver a empezar.