Verde por fuera, marrón por dentro. Síntesis de todo lo millennial, el aguacate simbolizar hoy una tendencia largamente discutida en los círculos intelectuales, políticos e ideológicos: el creciente interés medioambiental de la extrema derecha. Durante los últimos años, han sido diversas las figuras y los partidos que se han interesado en las políticas sostenibles y que han incorporado el ecologismo a su discurso político. De una forma diametralmente opuesta a la izquierda, sí, pero con un firme propósito de enmienda energética y medioambiental. Una mezcolanza de remotos precedentes, y también bautizada como «ecofascismo».