viernes 24 de marzo de 2023
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El día en que el peronismo perdió a los jóvenes

En un movimiento primero espontáneo y luego planificado, que comenzó durante el primer mandato de Cristina y terminó de hacerse visible en el segundo, el kirchnerismo conquistó a los votantes jóvenes y construyó alrededor de su encuentro con las nuevas generaciones una militancia, un funcionariado y una épica. En un libro publicado en 2012 (1) situé este fenómeno en el marco más amplio de la tendencia a la repolitización juvenil registrada en diferentes lugares del planeta, de los Indignados españoles a la Primavera Árabe, el segundo “momento joven” de la historia de la humanidad después de la explosión inicial de los 60 y el repliegue neoliberal de los 80.

En un movimiento primero espontáneo y luego planificado, que comenzó durante el primer mandato de Cristina y terminó de hacerse visible en el segundo, el kirchnerismo conquistó a los votantes jóvenes y construyó alrededor de su encuentro con las nuevas generaciones una militancia, un funcionariado y una épica. En un libro publicado en 2012 (1) situé este fenómeno en el marco más amplio de la tendencia a la repolitización juvenil registrada en diferentes lugares del planeta, de los Indignados españoles a la Primavera Árabe, el segundo “momento joven” de la historia de la humanidad después de la explosión inicial de los 60 y el repliegue neoliberal de los 80.

Nacía así La Cámpora, la organización liderada por Máximo Kirchner que hizo su presentación en sociedad en el Luna Park el 14 de septiembre de 2010, un mes y medio antes de la muerte de Néstor Kirchner. En aquel acto, que como ocurre con los episodios realmente históricos nadie imaginaba que adquiriría el peso fundacional que finalmente obtuvo, se estrenó el Nestornauta, la fusión de Kirchner con el héroe de Oesterheld que se convirtió en la gran construcción simbólica del momento. A diferencia de la juventud peronista de los 70, que forzó la interpretación de Perón y Evita hasta hacerles decir cosas que nunca dijeron pero que nunca se atrevió a jugar gráficamente con la imagen del matrimonio-líder (los dos soportes biológicos del peronismo permanecieron intactos), los jóvenes kirchneristas fusionaron a Kirchner con un personaje de historieta icónico de los 70, hijo de padre desaparecido, para crear un ciborg militante. Y, en una operación de alto vuelo, decidieron quitarle el fusil.

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