En campaña (y fuera de campaña) los políticos recurren mucho a cifras, a menudo con la intención de hacernos creer que se trata de un dato meditado y calculado. Pero cuando no conocemos el tema del que se trata, podemos ser víctimas del efecto de anclaje.
Este sesgo es bien conocido en marketing y ventas. Por ejemplo, vamos a una tienda y vemos una chaqueta de 500 euros. Este precio nos parece exagerado hasta que el dependiente nos informa de que tiene un descuentazo y en realidad está solo por 275 euros. De repente, nos parece una ganga porque ya no comparamos con lo que nos queríamos gastar, sino con el primer precio que se nos ha presentado.
Pero también es peligroso cuando se habla de cifras de inmigración, de empleo o de presupuestos. Por ejemplo, cuando Casado habla de millones de africanos dispuestos a venir a España presenta una situación que no tiene nada que ver con la real: entre 2008 y 2017, España recibió a 558.467 inmigrantes nacidos en este continente (en total). Y, además, menos de un 5% de la inmigración que llegó a nuestro país fue irregular.