Lari Lehtonen, un atleta finlandés que practica esquí a campo traviesa, sacó a sus hijos del kínder desde principios de enero. No permitió que fueran a fiestas de cumpleaños ni que estuvieran en espacios cerrados si había muchas personas. Podían salir a jugar con sus amigos, pero solo si Lehtonen hablaba antes con sus padres.
Puede que parezca un estilo de crianza particularmente restrictivo pero, en realidad, a Lehtonen no le preocupaban sus hijos, sino él mismo. Le preocupaba contagiarse de una gripe y sabía que mientras sus hijos pasaran más tiempo con otros niños era más probable que contrajeran esa afección tan común pero que, en su caso, podía arruinar sus posibilidades olímpicas.