Hay muchas mujeres inteligentes y educadas en Japón que podrían sacar al país de su actual recesión económica y llevarlo hacia una sorprendente recuperación tras la pandemia.
Pero el rígido sistema de contratación del país y un liderazgo dominado por hombres, siguen siendo un gran obstáculo que impide que las mujeres accedan a los trabajos mejor remunerados.
El país corre el riesgo de convertirse en una nación de amas de casa aburridas con títulos universitarios, advierten algunos.
La fecha límite que se impuso en Japón para aumentar significativamente el número de mujeres en puestos de liderazgo era 2020. Ese año llegó y pasó silenciosamente sin que se lograran los objetivos fijados.